José GIMENO SACRISTÁN |
La escuela tiene que preparar a todos los individuos
para todos los sucesos que pueden pasar en la vida cotidiana. Debido a eso, la
cultura tiene que llegar a todos y no solo a unos pocos, por lo que si los
planes tienen que ser generales, los conocimientos abarcan a todos los alumnos,
pero también tiene que asegurarse de hacer personas independientes y críticas.
Para que los contenidos lleguen a todos se debe
hacer un currículum escolar coherente, en el que los objetivos sean realista y estén
relacionados con los intereses de los alumnos.
En la actualidad, la cultura llega a todos de muy
diversas formas como por ejemplo a través de Internet, muy demandada y muy de
moda en estos tiempos. Por ello, el docente no solo tiene que enseñar cómo
utilizar la herramienta sino también tendrá que transmitir la crítica y como se
debería filtrar toda esa información, puesto que toda no es ni correcta ni
buena.
Por tanto, entre todos tenemos la responsabilidad de
realizar esa tarea. En la actualidad, las familias y la sociedad en general, les
ha dejado solo a los docentes con esa responsabilidad,
cosa que no debería ser así. Sino que las instituciones educativas, los
representantes y en general todos tenemos que apoyar a los docentes y darles la
libertad que se necesita para adaptar los currículum a la sociedad actual. Si
no damos las ayudas y apoyos suficientes a los profesores no se podrá realizar
ese cambio y no se conseguirá la mejora que necesita el ámbito educativo.
En definitiva, solo el ser críticos y llegar a
reflexionar sobre lo que nos dicen, leemos o vemos es la única forma de filtrar
esa cultura y de aprenderla. Si no tenemos buenos profesionales preocupados por
motivar y hacer ciudadanos ejemplares nunca podrá darse un verdadero cambio.
Como
dijo J. Gimeno Sacristán: “sin profesorado de calidad no hay educación de calidad”.
A continuación pondremos algunas frases de Gimeno
Sacristán para poder entender mejor lo dicho anteriormente y lo que pretende o
el sentido que le da a la educación obligatoria.
“La
educación debe preocuparse por estimular diferenciaciones que no supongan
desigualdades entre los estudiantes; tiene que hacer compatible el currículum
común y la escuela igual para todos con la posibilidad de adquirir identidades
singulares, lo que significa primar la libertad de los sujetos en el
aprendizaje”, pág. 74.
“La
diversidad algunas veces habrá que desconsiderarla, en otras habrá que
corregirla y en muchos casos debería estimularse”, pág. 75.
“La escuela y su currículum, que
deben ser oportunidades para todos, pasan con demasiada facilidad a ser
estructuras de dificultades graduadas que todos han de superar a un mismo ritmo
y con las mismas ayudas, de suerte que en cada uno de los escalones
establecidos con la graduación medimos a los sujetos”
“Para ver si son aptos o no, los diferenciamos
y les decimos a muchos que son desiguales a los demás”, pág. 78.
“La diversidad natural de la que
hemos hablado, la singularidad de cada individuo, se entenderán y se
reaccionará ante ellas desde el punto de vista de su clasificación en
categorías. La singularidad será tolerada sólo en la medida en que no sobrepase
los límites de variación que no distorsionan el trabajo ‘normalizado’ con cada
categoría clasificada”, pág. 83.
“Los profesores parecen haber
perdido la capacidad profesional de trabajar con la diversidad, si ésta no es
reducida por algún tipo de clasificación de estudiantes”, pág. 84.
“Quienes se salgan del estándar
normativo, quienes no sigan el ritmo y la secuencia caen en la ‘anormalidad’,
bien sea en su zona negativa (los ‘retrasados’, los ‘subnormales’, los
fracasados, los no aprobados), bien en su zona positiva (los ‘adelantados’, los
‘sobredotados’, los notables y sobresalientes”, pág. 85.
“A la diversidad de los sujetos hay
que responder con la diversificación de la pedagogía”, pág. 91.
Elaborado y redactado por: Esther Reche Carbonell
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