La violencia de género se refiere a todo acto de
violencia que se ejerce contra las mujeres por el simple hecho de serlo y que
tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, psicológico o
emocional, ya sea en la vida pública o privada.
La violencia de género empieza en el adiestramiento
pedagógico que todos sufrimos durante la infancia. Todo nuestro entorno social
va instruyéndonos sobre las prácticas propias de niños y niñas. Para empezar, a
los niños nos enseñan a apropiarnos de nuestros genitales al grado que
terminamos poniéndole nombre a nuestro miembro, mientras que a las niñas les
dicen que ellas no tienen lo que los niños tienen, como insinuando que están
carentes de genitales.
También nos enseñan que los lugares son distintos
para cada sexo. Baños separados, la cocina es para las mujeres y el taller para
los hombres. La división de las tareas domésticas empapa la mente humana de
roles totalmente arbitrarios. Convierte a los hombres en inútiles domésticos y
a las mujeres en esclavas de la limpieza.
Tanto hombres como mujeres tienen la capacidad de
ser igual de trabajadores, irresponsables, infieles, santurrones, sumisos o
entregados. Por ello podemos decir, que
el género es una serie de ideas erróneas sobre lo que deben ser hombres y
mujeres.
La violencia
contra las mujeres es el crimen encubierto más numeroso del mundo. Además, la
violencia de género es la principal causa de mortalidad prematura de las
mujeres antes que el SIDA, los accidentes de tráfico y el cáncer de mama.
Los medios
de comunicación y con ellos la publicidad tienen una enorme responsabilidad en
la configuración de una visión estereotipada de la mujer de una imagen que no
es coherente con la realidad de muchas sociedades en las que este colectivo
alcanza ya importantes cotas de igualdad. Una imagen que atribuye roles que
mantienen al hombre como ser creador, imaginativo, con poder de decisión y a la
mujer como simple objeto de consumo. Esta publicidad lo que está haciendo es
fomentar la violencia de género, puesto que la mujer en muchos casos sale como
un simple objeto sexual.
La violencia contra las mujeres es un problema antiguo, es hora de acabar con él.
Todas unidas conseguiremos poner FIN a la violencia de género!
Redactado por: Esther Reche Carbonell